DAIQUIRI, CIEN POR CIEN CUBANO

AUTOR: Rosa Mestres
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 321

Con el ron como ingrediente principal, el daiquiri triunfa en las barras de todo el mundo.

La creación de la mayoría de cócteles está rodeada de historias y leyendas, y el daiquiri no podía ser menos. Según la mayoría de cronistas, para conocer su orígenes tenemos que viajar en el tiempo hasta finales del siglo XIX e ir a la playa de Daiquiri, cerca de Santiago de Cuba. Según parece, fue un ingeniero norteamericano que trabajaba en una mina de hierro de la zona, Jennings Cox, quien creó la bebida de forma casual. Tenía unos invitados en casa y, en un momento en el que se le acabó la ginebra, tuvo que echar mano del ron local. Cox, temeroso de servir ese ron, añadió zumo de limón, azúcar y algo de hielo para mejorar su sabor. El éxito fue total y, pronto, el Daiquiri, nombre que le dio otro ingeniero que trabajaba con Cox, fue considerado por los oficiales norteamericanos, que soportaban el calor y la humedad de Santiago, una auténtica aparición divina.

De todas maneras, el Daiquiri no alcanzó su fama definitiva hasta que llegó a La Habana.

Y Hemingway lo probó

Fue en esta ciudad, concretamente en el bar-restaurante El Floridita, donde el escritor y periodista Ernest Hemingway lo descubrió y lo convirtió en uno de sus cócteles favoritos. Tanto le gustó la bebida que el propietario de este local, Constantino Ribalaigua, creó para él el Daiquiri Papa Doble o Daiquiri Salvaje, sin azúcar y con el doble de ron. Una variante pensada especialmente para los amantes de las emociones fuertes.