GROSELLAS

AUTOR: Revista Sabor

Las grosellas, que se presentan en pequeños racimos de color rojo, blanco o negro, se encuentran en su mejor momento entre los meses de agosto y septiembre.

Compra: Al adquirirlas es importante elegir los ejemplares brillantes, de color intenso y firmes al tacto. No conviene escoger los frutos que aún no estén maduros, ya que una vez recogidos no siguen madurando.

Conservación: Una vez compradas, se conservan bien en el frigorífico entre 3 y 10 días. También se pueden congelar.

En la cocina: Refrescantes y con una pulpa carnosa y jugosa, las grosellas suelen consumirse al natural o como parte de deliciosas macedonias. Con ellas también se pueden elaborar mermeladas, confituras o batidos. Un consejo: el agradable sabor que tiene la mermelada de grosellas combina con el queso, ya sea suave o fuerte, y con todo tipo de carnes, especialmente la de pato.

Propiedades nutricionales: Tienen un bajo valor calórico y un alto contenido en vitamina C, especialmente las variedades rojas y negras. Además, las grosellas se caracterizan por su abundancia en pigmentos naturales, como los antocianos y los carotenoides, de acción antioxidante.