MELÓN

AUTOR: Revista Sabor

En verano, ¿a quién no le apetece tomar una tajada de melón bien fresquita? De pulpa dulce, blanda y muy jugosa, el melón es una fruta estival altamente hidratante, que aporta al organismo grandes dosis de vitaminas y minerales. Además, gracias a su alto contenido en agua y su bajo aporte calórico, está especialmente indicado para personas que quieren perder peso.

Aunque los orígenes de esta fruta no están muy claros —algunos estudiosos lo sitúan en el continente africano y en Asia central—, lo cierto es que existe constancia de que el melón ya existía en el Antiguo Egipto en el 2.400 a. C. También lo consumían los romanos y, posteriormente, los árabes. En España, todo parece indicar que fue introducido por estos a comienzos de la Edad Media. Posteriormente, ya en el siglo xv, se extendió a Italia y Francia, y fue Cristóbal Colón quien, en uno de sus viajes, lo llevó al continente americano. Probablemente en aquella época su tamaño no era mayor al de una naranja y su crecimiento hasta el tamaño actual se debe al avance en las técnicas de cultivo.

Compra: Conviene escoger los que sean duros y no tengan marcas en la piel. También es importante percibir su aroma: si están maduros, tienen un olor dulce y delicado muy característico; si no tienen fragancia, hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente durante unos días.

Para saber si está maduro, hay que tomarlo entre las manos con firmeza y presionar suavemente los extremos. Si ceden un poco, lo está. Eso sí, el melón maduro se debe consumir lo antes posible, ya que se deteriora enseguida. Los ejemplares pasados pueden estar pegajosos al tacto.

Conservación: Para servirlo bien fresquito hay que guardarlo en la nevera una o dos horas antes de consumirlo. Una vez abierto, conviene conservarlo en la nevera tapado con film transparente, ya que absorbe el aroma de otros alimentos.

En la cocina: Lo más habitual es tomar el melón como postre, al natural o servido en forma de sorbete o helado. También se puede incluir como ingrediente en ensaladas o, incluso, en refrescantes salsas.

Propiedades nutritivas: Con un enorme contenido en agua (del 90-95 %, dependiendo de la variedad) y un bajo aporte calórico, el melón es una fruta que se puede consumir sin problemas si se sigue una dieta de control de peso. Rico en betacarotenos y provitamina A, especialmente en las variedades con pulpa naranja como la cantalupo, el melón contribuye al buen estado de la visión, la piel, el cabello, las mucosas y los huesos y al correcto funcionamiento del sistema inmunológico. También contiene vitaminas C, de acción antioxidante, y B, como la piridoxina (B6), que ayuda a regular el sistema nervioso, o la B3, que mantiene el colesterol en un nivel bajo. En cuanto a los minerales, el melón destaca por ser muy rico en potasio. También contiene fósforo, hierro, magnesio y calcio.