NÚRIA PICAS

AUTOR: Montse Barrachina (Texto) / Joan Cabacés (Fotografía)
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 345

La corredora Núria Picas vive con pasión todo lo que hace. Desde su casa de Calders nos habla de sus vivencias, ilusiones y nuevos retos.

El entusiasmo y la alegría que irradian las palabras y el rostro de Núria Picas (Manresa, 1976) resultan irremediablemente contagiosos. Su cuerpo y su mente no paran quietos; están hechos para la aventura. Campeona del mundo de ultra trail en 2015, asegura que para ser feliz se marca objetivos difíciles pero no imposibles y que el éxito significa sentirse en armonía consigo misma. Evita hablar del futuro: lo suyo es vivir el día a día.

¿Por qué corres?

Corro para ser libre. Corro porque me gusta, me siento feliz, exploro mi cuerpo y nuevos territorios. Me gusta vivir la vida con intensidad y una manera es hacerlo rápido y exprimiendo cada segundo.

El amor por el deporte y la naturaleza lo heredaste de tus padres…

Se conocieron en un centro excursionista y me fui empapando de esta tradición montañista. Pero también ha salido mucho de mí. Mi hermano, por ejemplo, no hace montaña. Son muy importantes las raíces, pero aún lo son más las ganas que uno tiene de escoger la vida que quiere vivir.

De tus primeros años, ¿qué imagen te viene a la memoria?

Recuerdo subir la persiana y ver la cara norte de Montserrat. Mi padre se iba a escalar con sus amigos y yo siempre le decía que quería ir con ellos. Y abrir aquel armario del tesoro en el que guardaba el material de escalada, sentir el olor de las cuerdas… Era un mundo que antes de descubrirlo ya me fascinaba.

¿Qué te aporta la montaña?

Me aporta bienestar, felicidad, paz, armonía… ¡Todo, todo! Me ha enseñado muchos valores que me han ayudado a crecer como persona y a lograr mis objetivos. Valores como el esfuerzo, la perseverancia, el deseo de explorar, de conocerte a ti misma, la convivencia, la amistad…

¿Conoces tus límites?

No me gusta hablar de límites. El límite llega cuando dejas de disfrutar. Conozco bien mi cuerpo y cuando siento el peligro muy cerca puedo ser capaz de gestionarlo. Estuve en el Himalaya en 2017, cogí una neumonía a 7.800 metros de altura y pensé que perdería la vida. Por suerte he leído mucha literatura de montaña, entendí lo que me pasaba y me dije: “Hoy no toca, vuelve a casa”. La montaña siempre está ahí. Hay una frase del gran Iñaki Ochoa de Olza que dice: “Hacer la cumbre es la guinda del pastel. Si hago cumbre, me como la guinda, pero si no la hago, me como el pastel entero”. Y yo me comí todo el pastel.

¿Sigues algún tipo de ritual antes de emprender una carrera o aventura?

Mi ritual es dar lo mejor de mí en los días previos, es decir, llevar un buen entrenamiento, una buena alimentación y una buena preparación mental. Esto me da mucha fortaleza y confianza en mí misma. Ahora estoy saliendo de una lesión y estoy muy centrada en el entreno en bicicleta. Un equipo de ciclismo de montaña me ha ofrecido la oportunidad de aprender a su lado durante medio año. Si te regalan limones, haz limonada, ¿no? Y ya veremos qué pasará, igual continúo haciendo bici. Al fin y al cabo se trata de reinventarse.

El ultra running se ha convertido en un fenómeno imparable gracias a personas como tú y Kílian Jornet. ¿Qué sientes cuando la gente te ve como un ídolo?

Intento dar una buena imagen, enseñar a los más pequeños a seguir este camino que me ha traído tanta felicidad. También quiero darles a conocer esos valores de los que antes te hablaba para que ellos puedan aprender de sus ídolos.

Recientemente has aparecido en el programa de TV3 Aire lliure. ¿Qué aprendiste de esta experiencia?

Aprendí mucho del país que tenemos. Tuve la suerte de grabar en lugares fascinantes para hacer deporte, practiqué muchas disciplinas y lo hice con gente que de verdad me sorprendió. En febrero hemos empezado a grabar la segunda temporada, que se emitirá en 2020.

El deporte femenino continúa siendo prácticamente invisible en los medios de comunicación. ¿Ves cambios en el panorama?

Quiero creer que esta tendencia está cambiando y que las mujeres vamos ganando poco a poco terreno. Ahora ya ves por televisión un partido de baloncesto con chicas, en el Dakar ha participado Laia Sanz… Es verdad que en el fútbol aún es muy complicado, pero los patrocinadores cada vez se vuelcan más en el fútbol femenino. Fíjate en la Cursa de la Dona, por ejemplo, que tiene miles y miles de adeptas. Es un trabajo de toda la sociedad, pero también de la mujer, que debe luchar para darse a conocer. Yo lo he hecho en un deporte que a nivel femenino entonces no era conocido.

Tienes dos gemelos... ¿Te han cambiado mucho la vida?

Ahora tienen 7 años y la verdad es que para mí son una responsabilidad muy grande porque tienes que pensar constantemente en su bienestar y en su futuro, y esto te hace un poco más adulto. Sabes que no estás sola en este mundo porque hay dos personitas que dependen de ti. Me aportan mucho amor y felicidad.

Por cierto, trabajaste durante años de bombera y ahora estás en excedencia…

Sí, llevo cinco años de excedencia tras haber trabajado seis años en el parque de bomberos de Berga. Mi madre me dice que quizás tenga que guardarme cosas para la próxima vida. Ja, ja, ja... Al dar el paso a atleta profesional me planteé dejar el trabajo de mi vida. Aunque mi auténtica vocación es la montaña y el deporte en general, de pequeña quería ser bombera y luché muchísimo por conseguirlo. Espero volver a trabajar de bombera en otro momento de mi vida.

Una deportista de tu nivel seguro que sigue una dieta estricta…

Voy bastante a la mía, la verdad, pero le pongo bastante sentido común. Mi dietista, Sandra Sardina, me ayuda con una buena estrategia alimentaria, sobre todo cuando preparo las carreras, y se basa en verdura, fruta, hidratos de carbono y proteína. También cuido mucho la suplementación alimentaria para que no haya ningún déficit.

¿Se te da bien la cocina?

Sinceramente, no me gusta perder mucho tiempo, por lo tanto, hago cosas muy básicas y rápidas, sobre todo a la plancha —ni guisos ni fritos—. Me gusta mucho el salmón poco hecho, prácticamente crudo, y el arroz blanco, que siempre me sienta bien, y me encantan con todo tipo de verduritas.

¿Tienes algún otro proyecto?

Me gusta escribir y en Sant Jordi saldrá mi segundo libro, Ara o mai. En él vuelco toda la experiencia del Himalaya, la ultra trail del Mont Blanc y algunos retos que parecían imposibles, como el Home to Home, que unía las dos grandes travesías del Pirineo catalán, Cavalls del Vent y Carros de Foc, en 25 horas.