LA ALIMENTACIÓN DE LOS NIÑOS EN VERANO

AUTOR: Laura Isabel Arranz, Doctora en Nutrición y autora de Come bien, juega mejor (Editorial Amat)
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 350

Si quieres que tus hijos crezcan fuertes y sanos es importante que consuman frutas y verduras cada día. Ahora, en estos días de verano, procura implicarlos a la hora de comprarlas y elaborarlas. ¡Seguro que aumentará su entusiasmo por comer saludable!

Es verano y hace calor, pero los niños no paran quietos. Y es normal: moverse es lo que tienen que hacer, y los mayores debemos procurar que estén hidratados, fuertes y sanos. Uno de los pilares básicos para ello es la alimentación, que debe cubrir sus necesidades nutricionales, asegurar su crecimiento, garantizar su nivel de energía y también favorecer un correcto aprendizaje de buenos hábitos. Comer bien y saludable y disfrutar de ello no es algo innato: todos debemos aprender a hacerlo.

En esta época del año los más pequeños deben tomar cada día fruta en abundancia: sandía, melón, cerezas, ciruelas, nectarinas, etc. Tenemos una amplia variedad de frutas de temporada para escoger y también para hacer que ellos participen a la hora de comprarlas y prepararlas, haciendo, por ejemplo, unas divertidas brochetas, una macedonia para mezclar con yogur, incluso unos divertidos helados caseros. Serán perfectas aliadas para refrescar a los niños en desayunos, meriendas o después del deporte, aportándoles vitaminas, fibra, glucosa y también un buen nivel de hidratación. Podemos usar toques de menta, lima, albahaca… para esos preparados con fruta e incluso para el agua, que debería ser su bebida principal durante el día.

También es clave potenciar las verduras. No tengamos prejuicios: a nuestros hijos les gustará casi todo aquello que les propongamos siempre que procuremos hacerlo de forma apetecible y con la convicción de que es delicioso y bueno. Disfrutemos juntos de cremas fresquitas de verduras, acompañadas por tropezones, como dados de pan tostado en casa, pipas de calabaza, virutas de jamón ibérico o trocitos de frutos secos tostados. También se les puede dejar el mortero y que machaquen avellanas o almendras para añadirlas a la verdura o la ensalada. Seguro que su implicación aumentará su entusiasmo a la hora de comer saludable. Además de las frutas y verduras, procuremos que nuestros niños coman de todos los grupos de alimentos y que poco a poco vayan ampliando su repertorio en cuanto a variedad.