¡HIDRÁTATE! EL AGUA MINERAL.

AUTOR: Carla Fernández
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 330

El agua mineral natural, pura en origen y envasada conservando sus propiedades saludables, es la mejor opción para una correcta hidratación.

El agua es esencial para la hidratación. Es la bebida más sana y natural. Para hidratarnos es tan importante la cantidad como la calidad del agua que bebemos, como apunta el Instituto de Investigación Agua y Salud. Por su riqueza en minerales y oligoelementos, las aguas minerales naturales son la mejor opción para una correcta hidratación, especialmente en la época estival.

Pero no todas las aguas que se venden envasadas son aguas minerales naturales. Deben proceder de manantiales subterráneos y tener una composición constante. Para saber distinguirlas lo importante es conocer su procedencia real, que puedes comprobar en la etiqueta de la botella.

 

Tipos de aguas

Las hay de muchas clases. Su mineralización, es decir, la cantidad de minerales que contienen, varía en función de la clase de roca por donde se filtran, del tiempo, de las profundidades y de la temperatura durante el recorrido por el subsuelo. Las aguas minerales pueden ser de mineralización débil, media o muy débil, así como bicarbonatadas o alcalinas, bajas en sodio, magnésicas, cálcicas o fluoradas.

Las aguas embotelladas se clasifican en:

l minerales naturales: nacen en un estrato o yacimiento subterráneo. Brotan de un manantial o pueden recogerse de forma artificial. Destacan por su pureza. Son aguas ricas en minerales y oligoelementos, cuyas propiedades han sido conservadas intactas, dado el origen subterráneo del agua, mediante la protección del acuífero contra todo riesgo de contaminación.

l de manantial: son aguas potables de origen subterráneo, que emergen espontáneamente de la tierra o se recogen artificialmente. Poseen características naturales de pureza que permiten su consumo.

l preparadas: son aguas de manantial o minerales naturales tratadas químicamente para hacerlas potables.

 

Otras opciones

Para calmar la sed e hidratarte también puedes elegir las aguas con un toque de sabor a frutas y sin azúcar. Las aguas con zumo (naranja, limón, manzana verde y kiwi) son otra alternativa para refrescarte, así como el agua con gas o carbónica. 

Mantenerse hidratado es uno de los pilares de un buen estado de salud y el agua, ya sea natural, de manantial o preparada, es siempre la mejor elección para cuidar la salud. 

 

l No esperes a tener sed para beber agua: la sed es un síntoma de que puedes empezar a deshidratarte.

l Toma 8 vasos de agua al día para reponer las pérdidas de líquido del cuerpo, sobre todo si hace calor.

l Al salir a la calle, lleva siempre una botella de agua para hidratarte.

l Ofrece agua a menudo a niños o ancianos a tu cargo, ya que no siempre nos avisan cuando sienten sed. Son los colectivos con más riesgo de deshidratación.

l Bebe agua antes, durante y después de realizar cualquier deporte.

l  Si estás embarazada o en época de lactancia, es recomendable que bebas 3 litros de agua cada día.

 

El agua, la bebida más saludable, es imprescindible para nuestro organismo y un componente esencial de la dieta. Los expertos aconsejan beber entre dos y tres litros de agua diarios. Te explicamos sus principales beneficios:

• El agua mineral no aporta calorías, pero tiene alto contenido en minerales (calcio, magnesio y flúor). También es rica en oligoelementos.  Es ideal para las personas que requieren perder o controlar su  peso.

• Sus funciones como hidratante y trasportador de nutrientes y otras sustancias proporcionan soporte a la actividad celular.

• Ayuda a excretar productos de desecho, favorece la digestión, previene el estreñimiento y mantiene el funcionamiento de los riñones.

• Regula la temperatura corporal y elimina toxinas a través de la sudoración.

• Una hidratación insuficiente  también afecta al funcionamiento del cerebro: empeora el rendimiento físico, aumenta el cansancio y dificulta la concentración y la memoria a corto plazo.

• La deshidratación aumenta también el esfuerzo cardiovascular y la aparición de problemas renales. 

 

El agua facilita la digestión, combate el estreñimiento y mantiene la función de los riñones.