Existen muchas variedades de tomates: en rama, de pera, cherry, de Montserrat, raf…

Compra: Hay que elegir los que tienen la piel lisa y que no estén ni muy verdes ni muy maduros, pues al almacenarlos siguen madurando.

Conservación: Si los tomates necesitan madurar, conviene conservarlos en un lugar fresco donde no les dé directamente la luz del sol. Puedes guardarlos en el frigorífico si ya están maduros del todo.  Aguantan bien hasta 8 días.

En la cocina: Para aprovechar todas sus propiedades, lo mejor es consumirlos en crudo, pero también dan mucho juego en salsas, sofritos, al horno o en diferentes guisos. Si los vamos a consumir crudos o en zumo, no hay que prepararlos con mucha antelación, ya que pueden perder rápidamente sus propiedades nutricionales, sobre todo la vitamina C.

Propiedades nutricionales: Ricos en vitaminas —especialmente A, C y E— y con un alto contenido en licopeno, tienen un gran poder antioxidante y, según algunos estudios, ayudan a prevenir la aparición de ciertos tipos de cáncer. Además, como el 95 % de su contenido es agua, resultan ideales en dietas para perder peso.