LA ENFERMEDAD SILENCIOSA

AUTOR: Eva Carnero (asesoramiento Menja Sa)
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 347

La hipertensión puede pasar inadvertida porque no presenta síntomas claros. Te ayudamos a conocerla.

Sabemos que tener la presión arterial elevada es peligroso para la salud. Sin embargo, lo que quizá no sepamos es que la hipertensión es una enfermedad que no presenta síntomas. En este artículo te damos más detalles sobre ella.



¿Qué es la presión arterial?

El corazón ejerce presión sobre las arterias para que estas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación. La primera se conoce como sistólica (“la alta”) y la segunda como diastólica (“la baja”).



¿Cuáles son los valores normales?

La Fundación Española del Corazón considera que la presión arterial es normal cuando los niveles de máximos (sistólica) están entre 120-129 mmHg y los mínimos (diastólica) oscilan entre 80 y 84 mmHg.

 

¿Cuáles son las causas?

En la mayoría de los casos (95 %) su origen es desconocido, por tanto, es una enfermedad tratable pero no curable. Eso sí, en el 5 % restante se puede conseguir volver a valores saludables. Para ello, es fundamental acudir al cardiólogo para que evalúe y determine cuál es la causa y, en consecuencia, el mejor tratamiento.



¿Cómo sé si soy hipertenso?

Esta enfermedad suele ser diagnosticada casualmente, ya que no presenta síntomas claros. No hay nada que avise de que somos hipertensos.



¿Qué consecuencias tiene?

A largo plazo, padecer hipertensión propicia la aparición de arterioesclerosis (acumulación de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación o rotura.