El pimiento morrón o el dulce italiano, de color verde y forma alargada, son algunas de las variedades más conocidas dentro del grupo de los pimientos dulces. Entre los picantes destacan algunas de las estrellas de la cocina española, como los pimientos del piquillo, los de Padrón o los choriceros, usados especialmente en el País Vasco para elaborar muchas salsas.

Compra: A la hora de adquirirlos, conviene escoger los ejemplares más carnosos, firmes y con buen peso respecto a su tamaño. Es importante que tengan la piel brillante, lisa y sin golpes ni magulladuras.

Conservación: Una vez en casa, conviene guardarlos en una bolsa de plástico perforada. De este modo, se conservan en buenas condiciones hasta 15 días.

En la cocina: Pueden elaborarse de mil maneras y figuran entre los ingredientes de todo tipo de platos. Dan color y sabor a las ensaladas, son un acompañamiento excelente para carnes y pescados, ofrecen un toque especial al gazpacho, adornan montaditos y tapas…

Propiedades nutricionales: Por su alto contenido en agua y en fibra, el pimiento es perfecto para dietas de adelgazamiento o contra el estreñimiento. También es muy rico en vitamina C —el pimiento rojo incluso tiene el doble que los cítricos o las fresas—, vitamina A y licopeno, un potente antioxidante. Por su parte, los pimientos picantes contienen capsaicina, una sustancia que, aparte de ejercer una acción antibiótica natural y tener efecto analgésico, favorece la absorción del hierro, mejora la resistencia frente a las infecciones e incrementa la temperatura del cuerpo, con lo que ayuda a quemar calorías.