TURRÓN, DULCE PUNTO FINAL

AUTOR: Rosa Mestres
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 320

Alimento nutritivo y muy completo, el turrón es la mejor opción para endulzar las comidas de Navidad.

De todos los alimentos típicos que se consumen en Navidad, el turrón es, sin duda, el único que nunca falta en las mesas navideñas. Blando o duro, con chocolate o con licor, con coco rallado o trocitos de frutas… hay tanta variedad que nadie puede resistirse a su dulzor. Aunque los expertos no se ponen de acuerdo sobre sus orígenes, todo parece indicar que en la época griega ya se preparaba una pasta compuesta por frutos secos (principalmente almendras) y miel, la cual servía a los deportistas griegos como producto energético para participar en las Olimpiadas. Por lo que se refiere a nuestro país, los expertos aseguran que fueron los árabes los que trajeron este postre y que fue en la provincia de Alicante, zona ancestral de cultivo de almendros y de recolección de miel, donde posiblemente nació.                                                          

Un postre nutritivo

Elaborado con miel, azúcar, almendras y clara de huevo, el turrón se sigue preparando hoy en día siguiendo los métodos tradicionales. El proceso de fabricación, lento y laborioso, apenas ha variado y su receta se mantiene desde hace siglos.

Sus ingredientes totalmente naturales lo convierten en un postre nutritivo para el organismo que, en contra de los que muchos creen, tiene muchos beneficios para nuestra salud.

Además de ser un alimento rico en hidratos de carbono y altamente calórico (unas 550 calorías por 100 gramos), el turrón nos brinda grandes dosis de proteínas provenientes de los huevos y de las almendras. Aporta al organismo siete de los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita, todos ellos de un alto valor biológico. Las almendras, ricas en calcio, hierro y fósforo, también aportan al turrón ácidos grasos esenciales similares a los que tiene el aceite de oliva, cuya característica más destacada es que no contribuyen a aumentar los niveles de colesterol. Cerca del 75 % de estos ácidos grasos son insaturados y, por tanto, beneficiosos para la salud cardiovascular.

El turrón contiene, además, vitaminas A, E y parte del complejo vitamínico B. También es rico en azúcares, en su mayoría mono o disacáridos, por lo que no es aconsejable su consumo en el caso de los diabéticos.  En este caso lo mejor es decantarse por los turrones específicos para personas con diabetes.

Clásicos o innovadores

Aunque el turrón de Jijona, de textura blanda, y el de Alicante, de consistencia dura, son los que más se consumen, hoy en día podemos encontrar en el mercado una oferta muy amplia. Los clásicos turrones de yema tostada, de mazapán con frutas confitadas, de coco, de trufa o de chocolate con arroz inflado conviven con nuevos sabores y texturas que se van ampliando cada año. Además de aparecer nuevas variedades para el público adulto, con combinaciones innovadoras de ingredientes, también se presentan novedades para los más pequeños de la casa, como las nuevas propuestas con turrón crujiente y galletas, o sugerencias para los que quieren cuidarse sin renunciar a los sabores de toda la vida, como los turrones sin azúcar. Todo para que la mesa de la Navidad  a la hora de los postres siga sorprendiendo, y deleitando, a los más golosos de la casa.