EL CONEJO, LA CARNE MÁS SALUDABLE

AUTOR: Esther Escolán

Versátil en su preparación, el conejo es una carne que resulta muy saludable para esta época del año y forma parte de algunos de los platos más sabrosos de nuestra cocina. Sus características lo hacen idóneo para introducirlo en dietas bajas en colesterol.

Saludable y de sabor intenso, la carne de conejo ocupa un sitio destacado en la gastronomía de nuestro país. Con un valor nutricional muy similar al de la ternera, el conejo es saludable para quienes siguen una dieta baja en calorías y colesterol. Destaca por su alto contenido en potasio y por ser fuente de vitaminas B3, B6 y B12. Es fácil de masticar, aunque al contener abundantes fibras musculares puede resultar algo difícil de digerir. Si se compra una pieza entera, conviene tener en cuenta que los huesos suponen casi la mitad de su peso, de modo que hay que calcular la cantidad que se necesita consumir.

Además de ser una carne baja en grasas y colesterol, idónea para quienes sufren problemas cardiovasculares, su contenido en ácido úrico es menor en comparación con las carnes rojas, lo que hace que sea apta para personas con hiperuricemia o gota. Su contenido en sodio es moderado y, por lo tanto, igualmente recomendable en caso de hipertensión arterial.

 

A la hora de la compra

El conejo que se adquiere en el supermercado y en la mayoría de carnicerías procede de granjas, es de carne magra y blanda. Para acertar en el momento de la compra, debemos elegir piezas cuya carne sea rosada. Eso significará que está en unas condiciones óptimas. En tienda, además de poderlo comprar entero, hay disponibles bandejas en las que se presenta troceado, con solo sus lomos, costillitas o muslos, o preparado para paella y otros guisos.

Para su conservación, hay que lavar bien el conejo, secarlo y mantenerlo en el frigorífico o en el congelador con las vísceras por separado. Al tratarse de una carne blanca, se puede cocinar sin exceso de grasas y de manera sabrosa, sencilla y rápida. En guisos, estofados o acompañado de salsas, ensaladas y hortalizas resulta muy sabroso. Un plato tradicional como el conejo al ajillo se presta a variadas interpretaciones: con patatas, al cilantro, con setas, al limón…