DESCUBRIR LA INGESTA INTUITIVA

AUTOR: Roger Vilageliu Lahoz, Dietista-Nutricionista de Menja Sa
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 345

Si escuchamos nuestro cuerpo, podemos distinguir perfectamente las señales de hambre y de saciedad.

Estamos en primavera, las temperaturas suben y nuestro vestuario se adapta a su vez a este cambio. Nos probamos la ropa de la temporada y, para sorpresa de algunos y algunas, los pantalones del año pasado ya casi no nos cierran. Cierto, el invierno no ha pasado en balde, pero la vida sigue y, es más, ¡dentro de poco llegará el verano!

Todo el mundo parece tener claro que para perder esos kilos de más debemos hacer dieta. Sin embargo, no tanta gente sabe que realmente las dietas parecen no funcionar. Las dietas y regímenes restrictivos pueden dar un resultado a muy corto plazo, pero su eficacia es más que cuestionable a largo plazo.

El primer paso para conseguir mantener un peso correcto a lo largo del año es desaprender todo lo que hemos aprendido sobre dietas y consejos para perder peso. Debemos olvidar que nos han enseñado que tener hambre es malo; debemos potenciar nuestra ingesta intuitiva.

La ingesta intuitiva se basa en la capacidad de poder regular nuestra alimentación mediante la escucha atenta de las sensaciones corporales de hambre y de saciedad. Para llegar a este punto hay que saber reconocer qué señales envía nuestro cuerpo cuando nos dice que tiene hambre y que ya ha tenido bastante. ¿Qué pasa cuando hacemos oídos sordos a las señales de hambre? Pues que pueden pasar muchas horas sin comer y que cuando lleguemos a la ingesta principal, o bien comamos mucha más cantidad de comida que la que realmente necesitamos, o bien podamos alimentarnos de alimentos poco sanos y más calóricos. Pero también nos puede suceder que lleguemos a comer tan poquito que, con el paso del tiempo, nuestro cuerpo empiece a almacenar grasa como medida preventiva frente a una posible hambruna que él cree inminente. El comedor intuitivo no solo percibe muy bien la sensación de hambre, sino que también sabe escuchar a su cuerpo cuando este le dice que ya ha comido bastante y detiene la ingesta.

Hay que tomar consciencia de nuestro cuerpo. Si lo escuchamos, vamos a poder distinguir perfectamente las señales de hambre y saciedad. Esta manera de alimentarse ha demostrado ser efectiva tanto para prevenir como para corregir el sobrepeso y la obesidad y mantener un peso saludable todo el año.