LA NEVERA SALUDABLE

AUTOR: Eva carnero
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 349

En momentos en los cuales debemos pasar más tiempo del habitual en casa, cabe prestar especial atención a lo que comemos. Llevar una alimentación sana y equilibrada comienza en el supermercado, pues ahí escogemos los alimentos que llenarán nuestro frigorífico. Te damos las claves para escoger correctamente.

Del mismo modo que tener buen “fondo de armario” consiste en hacerte con un mínimo de prendas básicas para vestirte de forma adecuada, tener un buen “fondo de nevera saludable” requiere una serie de alimentos que te aseguren una alimentación sana y equilibrada.

 

Siempre alimentos frescos

Ahora bien, la cuestión es qué alimentos debes guardar en una nevera para que puedas calificarla de saludable. La respuesta es clara: productos frescos. ¿Las razones? Por un lado, porque una alimentación sana ha de basarse sobre todo en productos mínimamente procesados, y por otro, porque este tipo de productos requieren para su conservación temperaturas bajas y constantes, lo cual es algo que solo garantiza una nevera.

Concretando, el grupo de los alimentos saludables aptos para almacenar en la nevera estaría integrado por frutas, verduras, pescados, carne magra (preferiblemente blanca), lácteos y huevos.

 

Cada alimento en su sitio

Lo ideal es colocar cada uno de los alimentos mencionados en una parte determinada de la nevera, ya que hay unas zonas más frías que otras.

Así, en función de la temperatura que necesita para su conservación óptima, cada producto irá a una altura u otra. En la zona más fría de la nevera (2 ºC) —habitualmente en la parte inferior— deberían ubicarse las carnes y los pescados, siempre dentro de un recipiente tapado, mientras que en la zona central (4-5 ºC) conviene ubicar los lácteos porque no necesitan tanto frío. En estos estantes también puedes dejar los alimentos ya cocinados, las sobras y aquellos productos en cuya etiqueta figure “una vez abierto, consérvese en frío”. En los cajones deben ir las frutas y verduras. No las coloques nunca en las zonas más frías, ya que pueden estropearse rápidamente. Por último, la puerta es un buen lugar para las bebidas, las salsas o la mantequilla.

 

Prepara las bases de tus platos

Además de almacenar los alimentos señalados, una buena idea sería preparar y guardar platos ya cocinados como hummus, guacamole o chucrut, o simplemente platos que te servirán como ingrediente principal para tus menús diarios, como arroz, pasta o legumbres cocidas. De esta manera, seguro que tu dieta mejorará mucho, ya que siempre tendrás a mano platos saludables semipreparados y evitarás lanzarte a otras opciones con peor perfil nutricional.

Por último, no te olvides de tener siempre en la nevera unas aceitunas, unos daditos de queso o unos tomatitos cherry para servir durante el aperitivo del fin de semana o si tienes una comida especial.

 

En el congelador

Este apartado de la nevera es un gran aliado, ya que en él puedes almacenar muchos alimentos que serán los ingredientes para los platos que irás preparando a lo largo de toda la semana.

Recuerda que mediante la congelación no se pierden ni el sabor ni la calidad nutricional de los alimentos, y, en cambio, sí ganas en tiempo para ti y en comodidad.