LA DIETA DEL HOMBRE PREHISTÓRICO

AUTOR: Eudald Carbonell
PUBLICADO EN LA REVISTA SABOR Nº 335

En la prehistoria se comía lo que se tenía cerca, lo que hoy llamamos alimentos de proximidad.

La alimentación del primate humano ha ido variando a lo largo del tiempo. Hace unos 2,8 millones de años, cuando surge nuestro género, Homo, éramos vegetarianos, pero luego nos volvimos omnívoros. En la prehistoria la ingesta de plantas, raíces, frutos, tallos, flores y hojas era sistemática; la evolución de la tecnología y el descubrimiento del fuego favorecieron la caza y el consumo de carne, ya en el Paleolítico. Luego, con las culturas neolíticas, se aprendieron los secretos de la fermentación y otros muchos procesos de transformación de los productos. Así emergieron el pan, la cerveza, el vino, etc. 

La fabricación de artefactos nos permitió desarrollar técnicas y métodos para obtener la biomasa animal y sacar más provecho a la fauna. De esta manera pudimos aprovechar el tuétano de sus huesos y practicar el gorroneo.

Las herramientas, tanto de piedra como de madera (palos, cavadoras…), también nos permitieron acceder al subsuelo y desenterrar bulbos y raíces, o acceder a los distintos refugios de los insectos (hormigas…).

Hasta llegar a este punto, y durante centenares de miles de años, el género Homo, constituido por un gran número de especies, tuvo que adaptarse comiendo vegetales y carnes como todos los omnívoros. Si bien partimos de ser frugívoros y folívoros, es decir, que básicamente nos alimentábamos de frutos y hojas, consumíamos asimismo insectos y otros especímenes del mundo animal como pescado. 

En la prehistoria se comía lo que se tenía cerca, lo que hoy llamamos alimentos de proximidad, y se preparaban de manera muy sencilla, poco tratados, muy sanos. Para poder gozar de esta cocina os proponemos Recetas paleo. La dieta de nuestros orígenes para una vida saludable, un libro del cual soy coautor junto con la periodista Cinta S. Bellmunt, y en el que se proponen 60 platos inspirados en lo que se comía en la prehistoria, pero adaptados a los gustos actuales. Una forma divertida de descubrir cómo eran nuestros antepasados a través de la gastronomía más exquisita y original. Por supuesto, las recetas son inventadas. Ahora bien, sí que sabemos con certeza de qué se nutrían y los ingredientes que empleamos están todos documentados. Hay que tener en cuenta que en la prehistoria se comía cuando se tenía hambre o se disponía de alimentos. No existía el concepto actual de tres o cuatro comidas al día. Se iba a salto de mata.

Eudald Carbonell

Arqueólogo, director general de la Fundación Atapuerca, investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) y catedrático de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili (URV).